En 2020 también pasaron cosas buenas

En un año signado por la pandemia y por conflictos olvidados que afectan a personas vulnerables en todo el mundo, también tuvimos buenas noticias para compartir. Compartir Nos reencontramos con Jacir tras 20 años Un líder indígena clave que nos ayudó con el proyecto fue Jacir de Souza, ex director del consejo indígena local de […]

En un año signado por la pandemia y por conflictos olvidados que afectan a personas vulnerables en todo el mundo, también tuvimos buenas noticias para compartir.

Nos reencontramos con Jacir tras 20 años

Un líder indígena clave que nos ayudó con el proyecto fue Jacir de Souza, ex director del consejo indígena local de Roraima y un actor importante en su lucha por los derechos territoriales.

Lo conocimos ya en los años 90, cuando como líder local, jugó un papel clave para reducir la incidencia de la malaria entre las comunidades indígenas de Roraima, en Brasil. En 2020 nos reencontramos con él, pero esta vez, como paciente de COVID-19. Fue ingresado en un hospital de campaña construido especialmente por las autoridades locales para aliviar la carga que el COVID-19 estaba causando en el ya precario sistema de salud de Roraima. Para su sorpresa, una vez allí, se encontró con que varios de los médicos y enfermeras de cuidados intensivos eran trabajadores de Médicos Sin Fronteras. Jacir tuvo que permanecer unos días en la UCI, pero felizmente se recuperó y volvió a su hogar.

Fin del undécimo brote de Ébola en República Democrática del Congo

Ébola en la República Democrática del Congo

Nuestra experiencia en los brotes anteriores nos dejó valiosas enseñanzas, que pudimos aplicar esta vez para mejorar la respuesta. Los equipos médicos trabajaron para estar más cerca de la comunidad y para formar al personal sanitario local. Gracias al enfoque mejorado centrado en la atención al paciente, el brote pudo ser controlado después de casi seis meses. Como si esto fuera poco, la tasa de mortalidad del 42,3% fue significativamente inferior a la de 66% observada durante el brote anterior.

Finalmente, reducción de precio para un medicamento clave para combatir la tuberculosis

Desde Médicos Sin Fronteras, hemos instado públicamente a Johnson & Johnson a que reduzca el precio de la bedaquilina. La bedaquilina es uno de los tres nuevos medicamentos contra la tuberculosis que se han desarrollado en más de medio siglo. Los regímenes de tratamiento de tuberculosis multirresistente (TB-MDR) recomendados anteriormente y utilizados en la mayoría de los países requiere la toma de hasta 20 pastillas diarias durante dos años e inyecciones dolorosas, además de efectos secundarios graves que van desde la psicosis y las náuseas persistentes hasta la sordera. En cambio, la bedaquilina es un tratamiento oral con mayores posibilidades de curación y sin los efectos secundarios tóxicos.

En 2020, Johnson & Johnson anunció un precio reducido de 1,5* dólares por día para la bedaquilina.

* Los cálculos se basan en una reducción del 32% sobre el precio anterior de 400 dólares por un curso de tratamiento de seis meses.

Un tratamiento innovador salvó más bebés en Yemen

En el hospital respaldado por MSF en el distrito de Khamer, en Yemen, comenzamos a utilizar una tecnología que podía marcar una gran diferencia para pacientes de corta edad. La oxigenoterapia de alto flujo con humidificación (también conocida simplemente como “alto flujo”) brinda más apoyo respiratorio que la oxigenoterapia tradicional que se recibe por una mascarilla o por cánulas nasales. Esta tecnología fue un cambio sustancial en la atención de niños enfermos en todo el mundo, pero no se había usado antes en Yemen. Hasta 2020, los enfermeros nunca habían oído hablar de la “oxigenoterapia de alto flujo por cánula nasal con humidificación”, y mucho menos habían visto un aparato de alto flujo. Sin embargo, este año empezaron a utilizarlo con los pacientes más pequeños. Se prepararon, revisaron los principios básicos, aprendieron los conceptos nuevos y ya vieron sus frutos.

Uno de los pequeños paciente que atendimos en nuestra enfermería neonatal en Yemen.

En una región difícil y con baja tasa de vacunación, logramos inmunizar a 50.000 niños y niñas

A pesar del fin oficial de la guerra en 2015, la región de Tombuctú, en el norte de Mali, permanece en tensión y los incidentes de seguridad y la criminalidad han tenido un impacto significativo en la posibilidad de las personas para acceder a la atención médica. Esto, a su vez, ha dado lugar a tasas bajas de cobertura de vacunación, especialmente entre los niños y niñas.

La vacunación se realizó en tres etapas en 12 de las 19 zonas de Tombuctú, con equipos que se instalaron en centros de salud o convirtieron escuelas u otros edificios en sitios de vacunación durante el día. Las zonas iban desde regiones urbanas de fácil acceso hasta zonas rurales en la orilla opuesta del río Níger, donde los remansos, charcos y los lagos forman una barrera natural.

Una niña recibiendo la vacuna contra el sarampión en Boureim Inaly, uno de los lugares de vacunación en Tombuctú, Mali.

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