Qué está pasando en Haití y cómo respondemos

Imagen de archivo de 2019: Desde hace varios años las tensiones en Haití van en aumento y se producen manifestaciones y estallidos de violencia casi diarios en ciudades como Puerto Príncipe, Les Cayes y Gonaïves
Jeanty Junior Augustin/MSF.

En un contexto de violencia extrema cada vez mayor, nuestra asistencia médico-humanitaria en Haití se ve comprometida. El grave problema de inseguridad en la región desafía el acceso de la población a una atención médica de calidad.

Desde hace varios años, Haití se enfrenta una crisis política y económica de gran envergadura. La escalada de violencia en la región, principalmente en la capital, Puerto Príncipe, impide que un gran número de personas reciban una asistencia médica de calidad.

En el último tiempo, la situación humanitaria en el país se ha vuelto preocupante. Los enfrentamientos armados se han encrudecido, extendiéndose de forma alarmante por todos los barrios de la capital haitiana.

Frente a este urgente escenario, nuestros equipos médicos trabajan en diferentes puntos de la región asistiendo a las personas afectadas por la violencia urbana a través de clínicas móviles y centros de urgencia.

¿Cuál es la situación actual de Haití?

Paciente esperando a ser atendido en nuestro hospital de urgencias de Martissant, en Puerto Príncipe.

La población haitiana enfrenta diariamente un grave problema de inseguridad y violencia crónica. En Puerto Príncipe, las bandas armadas de los barrios luchan por el territorio y el poder, convirtiendo las calles urbanas en espacios donde ocurren continuamente enfrentamientos, robos y secuestros. Frente a este escenario, miles de personas se han visto obligadas a huir una vez más de sus hogares para velar por sus vidas.

Sumado al escenario conflictivo que se experimenta alrededor del país, el número de casos de cólera aumenta a un ritmo alarmante. El resurgimiento y la propagación de la enfermedad es síntoma de una situación humanitaria y sanitaria catastrófica: la falta de acceso a agua potable se ha vuelto una constante en la región, al igual que la imposibilidad de los locales de acceder a los tratamientos adecuados para la enfermedad.

¿Cómo ayuda MSF a las personas de Haití?

Hace más de 30 años brindamos ayuda médico-humanitaria a la población haitiana que experimenta el grave deterioro del sistema de salud de su país.

 Niño juega con un fisioterapeuta para rehabilitar su brazo herido en el hospital de MSF en Puerto Príncipe.

Contamos con hospitales de urgencia en diferentes puntos del país, principalmente en Puerto Príncipe, donde prestamos asistencia médica y psicosocial a personas que llegan con traumatismos accidentales, emergencias médicas infantiles o lesiones de violencia potencialmente mortales, como fracturas abiertas de huesos o heridas de bala en el pecho o el abdomen. 

Asimismo, gestionamos dos clínicas para supervivientes de violencia sexual y de género donde capacitamos al personal médico en la materia y trabajamos con organizaciones locales para sensibilizar sobre la violencia sexual y los problemas de salud sexual de los adolescentes.

En 2022, nuestros equipos en el país, en colaboración con el Ministerio de Salud, realizaron:

  • Más de 4.600 cirugías.
  • 34.200 consultas de emergencia.
  • 17.800 consultas en clínicas móviles.
  • Trataron 2.600 personas con heridas de bala, 370 personas con quemaduras y 2.300 personas por violencia sexual.
  • Brindaron atención durante 700 partos.

Hospitales de MSF en Haití

Ofrecemos atención médica gratuita y de calidad las 24 horas del día, los siete días de la semana en centros de salud de Puerto Príncipe, el departamento de Sud y Artibonite.

Recientemente hemos suspendido nuestras actividades de atención de trauma y quemaduras en el hospital de Tabarre, debido a un hecho grave de violencia que han experimentado nuestros equipos médicos presentes en la región.

Siguiendo esta misma línea, en marzo de este año hemos cerrado temporalmente nuestro hospital en Cité Soleil pues no hemos podido garantizar la seguridad de los pacientes y del personal de la organización que trabajaban allí.

Niños afectados por cólera junto a sus madres en nuestro hospital en Cite Soleil, Haití.

Preservar la seguridad de nuestros pacientes y nuestro personal resulta elemental para que nuestras instalaciones médicas en el país puedan seguir funcionando. Pedimos una vez más a todas las partes del conflicto en Puerto Príncipe que respeten nuestra labor para continuar prestando ayuda médica en la región.  

El desafío de salvar vidas en medio del conflicto

Ante el aterrador escenario que exhibe la capital haitiana, Claudia, enfermera supervisora de nuestro Centro de Emergencias de Turgeau, en Puerto Príncipe, nos describe cómo su equipo presta una atención médica vital en medio de la inseguridad generalizada y las dificultades económicas.

Cada día es imprevisible; esta mañana no ha habido problemas en la carretera, ha sido pura rutina. ¿Por qué he dicho rutina? Cada vez que hay un autobús en la carretera de Martissant, tenemos que parar para dar dinero a un grupo armado, y luego nos dejan marchar. No deberíamos tener que adaptarnos a este tipo de vida, pero por desgracia estamos en Haití, intentando sobrevivir.

Llegué al centro de urgencias a las 7.45 de la mañana y, como enfermera supervisora, tuve que organizar la jornada. Como toda la semana, había muchos niños en la sala de espera, porque estamos desbordados con los casos pediátricos. Hay seis camas para niños y ya estaban llenas, así que tuvimos que organizarnos. Tenemos que adaptarnos cada día a la afluencia de niños.

El acceso a la atención sanitaria en Puerto Príncipe es difícil, y el coste de la atención sanitaria es elevado. Cuando los pacientes llegan a nuestro centro de urgencias de Turgeau, saben que van a recibir atención gratuita y de alta calidad. Es mucho trabajo, pero también es una motivación para que el equipo se mantenga unido para ayudarles y apoyarles.

Pacientes dados de alta del hospital de Turgeau, Haití.

Desde mayo, Haití se enfrenta a un aumento de los casos de glomerulonefritis aguda. Se trata de una enfermedad que afecta a los riñones, tras una infección de garganta o una infección cutánea mal tratada.

Aunque somos un centro de estabilización y derivación, es difícil encontrar otros centros médicos a los que derivar a estos pacientes. Estamos desbordados, y a menudo los padres no tienen medios económicos para pagar las tarifas que exigen los centros de derivación. Por eso la sala de espera está tan abarrotada.

Aquí lo damos todo para salvar vidas. Cada vida es especial, pero hay gente que siente placer matando, haciendo daño a los demás, así que es horrible. No sólo yo, sino todo el equipo, nos comprometemos a atender a quienes más lo necesitan. Salvamos vidas y eso nos da mucha satisfacción cada día.”

Conoce más sobre la crisis en Haití

Suscribite al Newsletter
Esta web usa cookies propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia. Al navegarla aceptás su uso. Podés cambiar esta configuración en cualquier momento.