México: dos meses de respuesta al COVID-19 en Tijuana, un desafío duro pero muy gratificante

Sumamos 134 pacientes con COVID-19 tratados en nuestro proyecto en Tijuana, una de las ciudades de México con mayor índice de contagios y letalidad. Nuestra atención en salud mental contribuyó en gran medida a la recuperación de los enfermos y fue un apoyo importante para sus familiares.

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) hemos concluido nuestras actividades en el estadio de básquetbol Zonkeys, en Tijuana, en Baja California (México), donde se instaló un hospital auxiliar para atender pacientes con coronavirus COVID-19.  Mantendremos hasta el 8 julio nuestras actividades en el Hospital General del municipio, donde ofrecemos apoyo psicológico y social a los familiares de pacientes hospitalizados en la Unidad de Cuidados Intensivos y al personal médico.

“Desde el 6 mayo que comenzamos esta intervención, hemos ofrecido tratamiento médico en la extensión hospitalaria Zonkeys a 134 personas con COVID-19 que fueron referidas por el Hospital General de Tijuana”, explica Jonathan Prieto, director del Hospital Auxiliar de MSF para pacientes COVID-19.

Además de la atención médica, nuestros psicólogos ofrecieron atención en salud mental tanto a los pacientes, lo que contribuyó en gran medida a su recuperación, como a sus familiares. 118 pacientes asistidos por MSF fueron dados de alta y están en casa con sus familiares. “En la mayoría de los casos la evolución fue positiva, sin embargo tuvimos que trasladar de regreso a algunos pacientes al Hospital General para su manejo debido a su complicación”, dice Prieto.

En Tijuana, una de las ciudades que presenta un alto índice de contagios y de letalidad por la enfermedad en el país, desplegamos un equipo multidisciplinario de 111 personas con el objetivo de disminuir la carga hospitalaria que presentaba el Hospital General.

Cuando llegó MSF, estábamos acercándonos al pico máximo de casos en el Hospital, llegaron en un momento en el que empezábamos a darnos cuenta de que estábamos abrumados; donde la demanda estaba creciendo y teníamos servicios incompletos o áreas que todavía no estaban listas para recibir pacientes de COVID-19. Fue el momento en el que más ayuda necesitábamos”, recuerda el doctor Marcelino Morales Rivera, jefe de Oncología del hospital, que debido a la reconversión hospitalaria está al frente de la atención de pacientes COVID.

Cada día, un médico de MSF visitaba el Hospital General, realizaba un triaje de pacientes internados que cumplían con los criterios de ingreso y las condiciones clínicas para ser atendidos en la unidad de Zonkeys, donde llevaron a cabo los cuidados previos a su completa recuperación.

El apoyo al personal de salud

“Para nosotros ha sido muy importante la colaboración de MSF tanto en el apoyo físico de los pacientes como en el apoyo psíquico y emocional del personal y hacia los familiares. Psicológicamente ha sido muy desgastante la atención a esta emergencia que ha afectado al personal médico, de enfermería; a todo el personal sin excepción”, señala el Doctor Alberto Reyes Escamilla, director del Hospital General de Tijuana.

Conforme la carga hospitalaria aumentó y debido a la falta de personal médico, aumentó la carga de trabajo del personal y con ello los temores de contraer la enfermedad, el miedo excesivo, la tristeza, sentimientos de culpa, los ataques de pánico, y el sentimiento de impotencia frente al alto número de pacientes fallecidos.

“El personal de salud tenía una sobrecarga de trabajo, tenían miedo de contagiarse o de perder a sus compañeros por la enfermedad. La presión de trabajar con una enfermedad que cambia de curso de una manera acelerada, ver pacientes que están muriendo y finalmente el temor y responsabilidad de llevar la enfermedad a sus hogares o el miedo a morir fueron las principales afectaciones que encontramos” señala Néstor Rubiano responsable del programa de salud mental de MSF en México.

Nuestros psicólogos ofrecieron apoyo psicosocial individual y grupal al personal en la primera línea de atención. “En consulta individual, lo que buscábamos es que ellos pudieran darle un sentido a la experiencia que vivían en el hospital. Ver qué era lo que valía la pena de todo eso. Rescatar su rol como personal sanitario. Que pudieran reconocer el agradecimiento que debían sentir con ellos mismos”, señala Rubiano.

El duelo de la familia

“Con el COVID-19 puedes estar relativamente estable con una buena oxigenación y a los 10 o 15 minutos empiezas a empeorar y puede que una persona contagiada termine en una unidad de cuidados intensivos, entubada o que incluso fallezca”, indica Rubiano.

Nuestros compañeros de apoyo psicosocial notaron que la información que recibían los familiares era muy técnica y daba la impresión de que había cierta estabilidad en el estado de salud de su paciente. “Un duelo es más difícil de elaborar cuando una muerte es repentina, inesperada o violenta, lo que no permite asimilar qué sucedió”, añade Rubiano, “con pacientes en condición crítica, hicimos un acompañamiento a las familias para poder explicar con mayor detalle las condiciones del paciente, lo que permitió que, en los casos de los pacientes críticos que no mostraban mejoría, sus familiares pudieran prepararse para la pérdida de su ser querido y así su muerte para ellos no fuera repentina”.

“Para todo el equipo esta intervención ha sido un reto. Sin embargo, ha sido muy gratificante ver cómo un paciente sale del Hospital caminando acompañado de sus familiares. Para nosotros el trabajo de la Fundación Apoyemos a Tijuana fue muy valioso, el hecho de que la comunidad de Tijuana se haya reunido para colaborar, me parece una de las cosas más rescatables de este proyecto”, menciona Jonathan Prieto. “El hospital ya no se encuentra tan congestionado como hace unos meses pero no quiere decir que la población ni el municipio deban bajar la guardia y dejar a un lado las acciones para prevenir contagios comunitarios. Se debe continuar con las medidas de prevención: el lavado de manos, la distancia social y el uso del mascarillas”.

A pesar de que en Tijuana ha bajado el número de pacientes que requieren hospitalización en el Hospital General; el número de casos por COVID-19 sigue creciendo como en el resto del país, por lo que mantendremos un monitoreo permanente.

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