En plena pandemia, los gobiernos deben proteger y defender a las personas más vulnerables

No es el caso del Gobierno griego, que desaloja y amenaza con dejar en la calle y sin ayuda a miles de refugiados en situación de extrema precariedad. Sufren graves problemas de salud y se están quedando sin acceso a refugio, protección o atención médica. Los desalojos deben suspenderse inmediatamente.

Tratando de buscar una solución rápida para descongestionar los abarrotados campos de las islas griegas, el Gobierno griego ha comenzado a desalojar a más de 11.000 beneficiarios de protección internacional de sus alojamientos, sin tener en cuenta que muchas de estas personas se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.

Desde Médicos Sin Fronteras pedimos que se suspendan los desalojos de las personas más vulnerables, entre los cuales hay víctimas de violencia sexual, tortura y malos tratos. También hay muchos ancianos y personas con enfermedades crónicas. A su vez, pedimos al Gobierno que trate de identificar soluciones de alojamiento para ellos de forma inmediata y que amplíe los programas de alojamiento ya existentes.

«Tenemos muchos pacientes con afecciones médicas graves que están siendo abandonados a su suerte. También estamos atendiendo a varias mujeres cuyos embarazos se encuentran en etapas muy avanzadas y que se han visto obligadas a dormir en la Plaza Victoria, en el centro de Atenas», explica Marine Berthet, nuestra coordinadora médica en Grecia.

«En medio de una pandemia mundial, los gobiernos deberían proteger y defender a las personas que más riesgo corren de enfermar gravemente en caso de contraer COVID-19, no arrojarlas a la calle y dejarlas sin protección, refugio o acceso a la atención médica más básica».

En junio, una de nuestras pacientes extremadamente vulnerable murió de un paro cardíaco poco después de ser amenazada con ser desalojada. «Era parapléjica y tenía múltiples afecciones médicas graves, como diabetes y enfermedades cardiovasculares; sin embargo, ya había sido amenazada con el desalojo en múltiples ocasiones», afirma Berthet. “Tras las últimas amenazas de desalojo, su familia la trasladó al campamento de Schisto, donde su hijo compartía contenedor con otras 12 personas. Dos días después sufrió un paro cardíaco y murió».

Al menos otros 30 de nuestros pacientes con afecciones médicas graves han sido desalojados o han recibido notificaciones de desalojo. Todos ellos se enfrentan ahora a la posibilidad de quedarse sin hogar y sin asistencia económica.

Nuestro equipo está prestando asistencia a los refugiados que se han quedado en la calle en Atenas, Grecia.

«El caso de Hadla, la mujer que murió, es solo la punta del iceberg», dice Berthet. «Tenemos pacientes con cáncer, víctimas de tortura, madres solteras con enfermedades crónicas y mujeres en etapas avanzadas del embarazo que se quedan en la calle sin recibir ningún tipo de apoyo».

A muchos pacientes con enfermedades crónicas graves les han retirado sus pertenencias de los alojamientos en los que se encontraban y les han dicho que deben irse, sin ninguna indicación de a dónde deben ir. Se ha notificado a docenas de pacientes que deben irse, mientras que el apoyo económico que recibían se ha visto suspendido. Mientras tanto, las plazas de la ciudad se están llenando de refugiados vulnerables, incluidos niños, mujeres embarazadas, recién nacidos, personas con enfermedades crónicas graves y víctimas de tortura y violencia sexual.

En junio de este año, el Ministerio de Migración y Asilo de Grecia se comprometió a reducir el gasto del programa de vivienda para solicitantes de asilo hasta en un 30%. Esto a pesar de que en febrero, el Gobierno griego recibió fondos de la Unión Europea para ampliar el programa de alojamiento para refugiados y solicitantes de asilo en la Grecia continental, una ampliación que hasta ahora no se ha producido.

Para atender a los cientos de refugiados que duermen en las calles de la Plaza Victoria, estamos derivando a los más necesitados de atención médica a su Centro de día de la capital griega. “Sin embargo, a pesar de nuestros esfuerzos, somos plenamente conscientes de que las necesidades más básicas de los refugiados no están siendo cubiertas”, asegura Berthet.

Hacemos una petición urgente al Gobierno griego, a la UE y a todas las organizaciones involucradas para que encuentren soluciones inmediatas de alojamiento para los refugiados que actualmente duermen en las calles de Atenas.

También solicitamos al Gobierno griego que detenga los desalojos de los refugiados hasta que todas las barreras administrativas para la integración y el acceso a la atención médica hayan sido levantadas.

Alrededor de 8.000 personas viven en el hacinado campamento de refugiados de Vathy en la isla de Samos, Grecia, que está preparado sólo para 650 personas.

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