Mar Mediterráneo: la conmovedora tarea de búsqueda y rescate a bordo de Geo Barents

Imagen de archivo del 12 de octubre de 2022: Nuestros equipos llevan adelante actividades de salvataje en la zona del mar Mediterráneo, rescatando a centenares de personas que intentan cruzarloCandida Lobes/MSF.

Continuamos asistiendo a cientos de sobrevivientes que emprenden la ruta migratoria más mortífera del mundo. Compartimos el testimonio de un miembro de nuestro equipo que trabajó en el rescate de personas que huyen de la situación en Libia.

Desde 2015, realizamos actividades de búsqueda y rescate en el mar Mediterráneo Central. Hemos trabajado en ocho embarcaciones de búsqueda y rescate, solos o con otras ONG, proporcionando asistencia de emergencia a mas de 85.000 personas en peligro en el mar. Sumado a ello, en mayo de 2021, relanzamos nuestra labor en el mar Mediterráneo a través de nuestro propio barco, llamado Geo Barents.

Nuestro barco es utilizado para rescatar a personas en peligro, proporcionar atención médica de emergencia a las personas rescatadas y amplificar las voces de los sobrevivientes de la travesía marítima más letal del mundo.

Barco de salvataje de MSF en el Mar Mediterráneo.

Respondemos a las urgentes necesidades de salvataje en el mar Mediterráneo

Hasta el momento, nuestro equipo a bordo de Geo Barents ha rescatado a más de 6.500 personas. Maurizio Debanne regresó recientemente del mar Mediterráneo, donde formó parte de nuestro personal humanitario, rescatando a personas que escapan de las terribles condiciones que atraviesa Libia.

Compartimos su impactante experiencia en Geo Barents que da cuenta de los temibles escenarios que se vivencian durante la búsqueda y rescate de cientos de personas:

“Podemos elegir los entrenamientos que hacemos, pero nunca podemos elegir los rescates en los que participaremos”, esas fueron las primeras palabras de un miembro del equipo de búsqueda y rescate en un ejercicio de entrenamiento, y se grabaron en mi mente.

«Recientemente estuve asignado en Geo Barents, el barco de búsqueda y rescate que maneja Médicos Sin Fronteras (MSF) en el mar Mediterráneo. Tuve que prepararme lo mejor que pude, sabiendo, pero sobre todo aceptando, que podría ocurrir cualquier cosa.

Los primeros días, hicimos simulaciones de rescate y nos entrenamos para lo que ocurriría si nos encontrábamos con personas en el agua sin chalecos salvavidas, mujeres embarazadas con hipotermia o niños inconscientes que necesitaban ser reanimados.

Equipo de MSF realiza simulacros de rescate en el mar Mediterráneo.

En la noche de mi primer rescate, no había niños ni mujeres. Sólo había hombres, y muchos de ellos estaban descalzos. Todos tenían la ropa empapada, desde el pantalón hasta la chaqueta. Habían estado 24 horas en el mar. Habían salido de Libia y viajaban en un barco de pesca que estaba literalmente a la deriva. Había decenas de personas, incluso en el techo de la cabina del barco. El barco se balanceaba. Una sola mala maniobra hubiera sido catastrófica. Si Geo Barents no hubiera estado allí, habría sido catastrófico.

El día siguiente del rescate, me llamó la atención la larga fila ordenada de personas que esperaban tener una consulta médica. Durante meses y años, nadie les había proporcionado atención médica. Ser atendido por un médico puede ser un renacimiento. Alguien que nos escuche, que ponga las manos sobre nosotros solo para curarnos”, sostiene Maurizio.

Acompañamos a las personas rescatadas que han sobrevivido a acontecimientos traumáticos

“Como miembro del equipo a bordo del barco, uno entra de distintas formas en la vida de las personas a bordo. Primero, simplemente hablando…

Ahmed*, de poco más de 30 años, es de Homs, Siria. Trabajó en África muchos años. Lo conocí una noche en la cubierta de Geo Barents. Se acercó a mí, intentando llamar mi atención. Le sonreí. Era obvio que quería hablar.

Ahmed me contó su historia en francés. En lo que se refiere a Libia, las palabras se vuelven de repente escasas. Me mostró una herida que tenía en el brazo. Hizo una pausa. Y después, siguió. “La guardia costera libia me interceptó dos veces en el mar y me obligó a regresar a Libia. Ahora soy feliz, merci”.

Le dije que descansara un poco, que era la una de la mañana. Regresó a popa. Diez minutos después, volvió. Esta vez, tenía una mirada de preocupación.

“Lumière, lumière, s’il te plaît vien à voir la lumière” (luz, luz, por favor, ven y mira la luz).

Al principio, creí que me estaba pidiendo que apagara las pocas luces que dejamos en el puente de mando por la noche. Me llevó hasta la parte trasera del barco, desde donde se puede ver bien el mar. Un grupo de nosotros miró fijamente la oscuridad, y después vi la luz. Una luz intermitente.

¿Son los libios? ¿Estamos en peligro?”, preguntó Ahmed. Le dije que estaba todo bien, que era solo una luz. Que se quedara tranquilo, que nadie lo haría regresar. Pero él insistía. Me pidió que le diera mi palabra de que así sería. Le puse mi mano en el hombro y le dije, sin vacilar: “Tu es dans un lieu sûr, demain on serait à Bari” (estás en un lugar seguro, mañana estaremos en Bari).

Barco de MSF en el mar Mediterráneo por la noche.

También solemos entrar en la vida de una persona rescatada mediante nuestra oferta de recarga de teléfonos celulares. Cada vez que desenchufo un teléfono completamente cargado para devolvérselo a su dueño, el teléfono se enciende unos segundos, y en la pantalla aparecen niños, hermanos, padres. Técnicamente, esas imágenes son protectores de pantalla, pero en realidad son vidas. Vidas que han entrado en la mía.

Geo Barents viento en popa.”, concluye Maurizio.

* Nombre cambiado. 

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