Conflicto en Sudán: estamos conmocionados y consternados por el saqueo de nuestras instalaciones

Agujero de bala en el vidrio de nuestro hospital en Jartum, Sudán.MSF.

Nuestro personal y pacientes se están enfrentando repetidamente a la irrupción de grupos armados en nuestras instalaciones, seguida del saqueo y robo de medicinas, suministros y vehículos. Este inaceptable desprecio de los principios humanitarios y del derecho internacional humanitario obstaculiza nuestra capacidad de prestar asistencia sanitaria a la población en un momento en que resulta extremadamente necesaria.  

Continúa el violento conflicto en Sudán. Desde el 15 de abril, se han producido intensos combates entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido en Jartum y otras partes del país.

Médicos Sin Fronteras condena el hostigamiento hacia su personal y el saqueo a sus instalaciones médicas en Sudán

Nuestra organización lleva a cabo proyectos en nueve estados de Sudán. Hemos intentado ampliar nuestras actividades médicas y humanitarias desde que estallaron los violentos combates. Estos esfuerzos se han visto continuamente obstaculizados por la violencia, las agresivas incursiones armadas, los saqueos o la ocupación armada de nuestras instalaciones, así como por dificultades administrativas y logísticas.   

Hacemos un llamamiento a todas las partes enfrentadas para que garanticen la seguridad del personal médico y de las instalaciones sanitarias, permitan el paso seguro de ambulancias y personas con necesidad de atención sanitaria y faciliten el acceso y la libre circulación de trabajadores, organizaciones y suministros humanitarios. Aunque el 20 de mayo se anunció un alto el fuego a escala nacional entre las partes beligerantes, hasta la fecha no siempre se han respetado las treguas que se han declarado a nivel local.

«Estamos viviendo una violación de los principios humanitarios y una reducción del espacio para el trabajo de las organizaciones humanitarias de una magnitud que rara vez había visto antes», afirma Jean-Nicolas Armstrong Dangelser, nuestro coordinador de emergencias en Sudán.   

«En el saqueo de uno de nuestros almacenes en Jartum, los asaltantes desconectaron las heladeras y se llevaron los medicamentos. Se arruinó toda la cadena de frío, de modo que las medicinas que dejaron se han echado a perder y ya no se pueden utilizar para tratar a nadie”, explica Armstrong Dangelser. «Estamos conmocionados y consternados por estos deplorables ataques. La gente se encuentra en una situación desesperada y la necesidad de asistencia sanitaria es crítica, pero estos ataques dificultan enormemente la capacidad de los trabajadores sanitarios para prestar ayuda. Es un sinsentido».   

Incidentes en las instalaciones de Médicos Sin Fronteras

Desde el inicio del conflicto se han producido múltiples incidentes que han afectado nuestras instalaciones:

  • Entre el 16 y el 20 de mayo, nuestro almacén en Jartum fue saqueado y ocupado. Los asaltantes robaron combustible, material médico y vehículos. Estamos ntentando garantizar que lo que queda de las 150 toneladas de suministros médicos llegue a los centros médicos que están tratando a pacientes.  Los medicamentos se echaron a perder. 
  • Entre el 17 y el 23 de mayo, nuestra oficina en Zalingei, Darfur Central, fue saqueada. El hospital universitario de Zalingei también fue saqueado, el generador destruido y el combustible que habíamos donado para los generadores y para las ambulancias fue robado.
  • El 19 de mayo, varios de nuestros vehículos fueron sustraídos tras la entrada de un grupo de hombres armados en nuestra oficina en Jartum.  
  • El 18 de mayo, una de nuestras casas para trabajadores en Nyala, al sur de Darfur, fue saqueada. Ya nos habíamos visto obligados a suspender sus actividades médicas en Darfur Sur tras el violento saqueo de nuestras instalaciones y de nuestro almacén en Nyala el 16 de abril, en el que se produjo el robo de dos vehículos. Nuestro almacén sigue ocupado por combatientes armados.   
  • El 11 de mayo, una de nuestras oficinas en Jartum fue saqueada y dos vehículos fueron robados. 
  • El 4 de mayo, nuestra oficina en El Geneina fue saqueada.   
  • El 26 de abril, el Hospital Universitario de El Geneina, donde gestionábamos los departamentos de pediatría y nutrición, también fue saqueado y algunas partes del hospital resultaron dañadas o destruidas. El hospital permanece cerrado tras el ataque.   

Los ataques a servicios médicos en Sudán

Estos ataques no se limitan únicamente a nuestra organización y forman parte de una tendencia más amplia de ambas partes del conflicto a despreciar las vidas de los civiles, las infraestructuras y las instalaciones sanitarias. Hasta el 22 de mayo, la OMS había documentado 38 ataques contra los servicios médicos desde el inicio del conflicto.

Los hospitales y el personal sanitario están protegidos por el derecho internacional humanitario, pero hay informes sobre la ocupación de hospitales por grupos armados, lo cual puede debilitar su protección y poner en peligro a pacientes, personal sanitario y estructuras.   

Esta situación se produce en un momento en que el conflicto está teniendo graves consecuencias para la población sudanesa. La población de Jartum, Darfur y otros lugares donde los combates son más intensos sigue sufriendo terriblemente a causa de la violencia constante, con heridos de bala, violencia sexual, apuñalamientos y explosiones.  Los combates, los ataques aéreos y otros actos de violencia en las proximidades de los centros de salud pueden hacer que tanto los pacientes como el personal sientan demasiado miedo como para acceder a ellos.  

En todo el país escasean los alimentos y el agua potable, lo que obliga a la gente a tener que desplazarse para intentar cubrir sus necesidades básicas. El acceso a la ayuda humanitaria y a la atención sanitaria es vital, pero el sistema sanitario sudanés ya está sufriendo serias dificultades por la falta de suministros esenciales.    

Los problemas administrativos y logísticos también dificultan nuestras actividades médicas. Trasladar suministros de una parte a otra de Sudán es extremadamente difícil. Asimismo, aunque conseguimos enviar equipos de emergencia a Sudán durante las primeras semanas del conflicto, desde entonces ha sido difícil obtener permisos para que viajen a los emplazamientos donde se llevan a cabo los proyectos o conseguir visados para otros trabajadores.  
 

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