República Democrática del Congo: la epidemia de cólera es cada vez más preocupante en todo el país

La epidemia de cólera en la República Democrática del Congo alcanza niveles alarmantes, con más de 58.000 casos sospechosos en nueve meses. Intensificamos nuestra respuesta en las zonas más afectadas y pedimos una movilización urgente para contener la propagación.

Damos la voz de alarma sobre la intensificación de la epidemia de cólera en la República Democrática del Congo (RDC). En los últimos nueve meses, ya se han registrado más de 58.000 casos sospechosos, según datos del Ministerio de Salud.

La epidemia de cólera es una de las peores de los últimos diez años y pone de manifiesto la magnitud de la crisis sanitaria que atraviesa el país.

Ante esta rápida propagación, es esencial una movilización inmediata y reforzada de las autoridades nacionales, las agencias humanitarias y los socios internacionales para contener la propagación de la enfermedad.

La mayoría de las provincias están siendo afectadas

Los equipos de promoción de la salud de MSF sensibilizan a los residentes del campamento de desplazados de Kashaka sobre las medidas de higiene para reducir el riesgo de contraer el cólera.
Los equipos de promoción de la salud de MSF sensibilizan a los residentes del campamento de desplazados de Kashaka sobre las medidas de higiene para reducir el riesgo de contraer el cólera.

20 de las 26 provincias del país se ven ahora afectadas. Desde enero hasta mediados de octubre, se han registrado más de 1.700 muertes, con una tasa de mortalidad superior al 3%.

La situación sigue empeorando y se está extendiendo a nuevas zonas sanitarias, incluidas provincias que anteriormente no eran endémicas para el cólera.

Las inundaciones, los conflictos, los desplazamientos y los sistemas inadecuados de saneamiento y abastecimiento de agua han contribuido a alimentar epidemias generalizadas como la del cólera.

A medida que se acerca la temporada de lluvias, es probable que la situación se agrave. Esto aumentará aún más el riesgo de transmisión y contaminación de la enfermedad.

«La rápida propagación de la epidemia por todo el país este año nos preocupa especialmente, sobre todo durante la temporada de lluvias. Tememos que se produzcan nuevos brotes si no se toman medidas urgentes».

Jean-Gilbert Ndong, médico y coordinador médico de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la República Democrática del Congo.

Intensificando nuestra respuesta

Un empleado de MSF muestra las pastillas potabilizadoras que se utilizan para generar un suministro de agua limpia para la población de Lomera, una localidad minera del Kivu del Sur que se enfrenta a un brote de cólera.
Un empleado de MSF muestra las pastillas potabilizadoras que se utilizan para generar un suministro de agua limpia para la población de Lomera, una localidad minera del Kivu del Sur que se enfrenta a un brote de cólera.

Desde enero de 2025, hemos intensificado nuestra respuesta a la enfermedad en varias provincias del país. Entre ellas: Kivu del Norte y del Sur, Maniema, Sankuru, Tshopo, Ecuador, Kinshasa, Mai-Ndombe, Alto Katanga y Tanganica.

Nuestros equipos siguen movilizados en las zonas más afectadas, como Fizi (Kivu del Sur) y Kongakonga (Tshopo).

Desde enero, hemos llevado a cabo 16 intervenciones de emergencia en apoyo del Ministerio de Salud. Esto nos permitió tratar a más de 35.800 pacientes y vacunar a más de 22.000 personas contra la enfermedad.

«En esta etapa crítica, solo una movilización general permitirá contener la enfermedad y frenar la alarmante propagación de los brotes epidémicos»

Jean-Gilbert Ndong, médico y coordinador médico de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la República Democrática del Congo.

En RDC, los esfuerzos tienen dificultades para seguir el ritmo

Vista exterior de una de las tiendas médicas de la unidad de tratamiento del cólera (CTU) gestionada por MSF en el centro de salud de Mugunga, Goma, República Democrática del Congo, marzo de 2025.
Vista exterior de una de las tiendas médicas de la unidad de tratamiento del cólera (CTU) gestionada por MSF en el centro de salud de Mugunga, Goma, República Democrática del Congo, marzo de 2025.

La respuesta a la epidemia de cólera se enfrenta a importantes obstáculos. Entre ellos la insuficiente financiación del Gobierno congoleño y la presencia limitada de organizaciones humanitarias. Además de la falta de coordinación en el mecanismo de respuesta de emergencia.

Al mismo tiempo, la debilidad de los sistemas de vigilancia e identificación de casos, la falta de personal y suministros médicos, y la limitada distribución de vacunas comprometen aún más la implementación de una respuesta rápida, eficaz y sostenible.

«Dondequiera que trabajen nuestros equipos, la situación es alarmante: las estructuras existentes no están equipadas para hacer frente al cólera y hay escasez de suministros médicos y vacunas. Estamos colaborando con el personal del Ministerio de Salud local para intentar contener la enfermedad. Pero la magnitud de la crisis requiere la movilización urgente de todos los socios, incluso en las zonas remotas. El Gobierno congoleño y las organizaciones humanitarias deben reforzar los recursos financieros y médicos, en particular la distribución y el suministro de vacunas, así como el mecanismo de respuesta de emergencia para apoyar la lucha contra el cólera».

Ton Berg, director de programas de MSF en Kivu del Sur.

¿Qué es el cólera?

Una enfermera retira el catéter a un niño que recibe el alta de la unidad de tratamiento del cólera (CTU) gestionada por MSF, donde se rehidrata a los pacientes para prevenir la deshidratación potencialmente mortal causada por el cólera, en Mugunga, Goma, República Democrática del Congo, marzo de 2025.

El cólera es una infección bacteriana muy contagiosa. Aunque es tratable y prevenible, sin la atención adecuada puede convertirse rápidamente en mortal.

Las malas condiciones de higiene, el acceso insuficiente al agua potable y la falta de saneamiento pueden contribuir a la propagación de la enfermedad.

Esto supone un reto especial en las zonas densamente pobladas. Especialmente en las grandes ciudades como Kinshasa y en las zonas rurales con alta concentración de personas desplazadas internamente.

Nuestros equipos han tenido que intensificar sus esfuerzos para llenar los vacíos dejados por los débiles mecanismos de respuesta de emergencia de las autoridades sanitarias y otras organizaciones.

Para frenar la propagación de la enfermedad, apoyamos al Ministerio de Salud prestando atención médica en centros de tratamiento especializados y capacitando a los trabajadores sanitarios comunitarios.

Además, damos nuestro apoyo al Ministerio de Salud para establecer puntos de cloración y fortalecer los sistemas de agua y saneamiento.

«Pedimos una acción coordinada y urgente para garantizar la rápida prestación de atención médica, incluido el acceso sin obstáculos y la inversión sostenible en el acceso al agua potable y al saneamiento»

Ton Berg, director de programas de MSF en Kivu del Sur.

Detrás de cada intervención, el acceso a la atención médica es limitado

Un técnico de agua, saneamiento e higiene de MSF, durante una visita de supervisión a las instalaciones de cloración del agua, se encuentra con una mujer que acaba de sacar agua del río Luke, en la aldea de Katanga, territorio de Fizi, Kivu del Sur, República Democrática del Congo.
Un técnico de agua, saneamiento e higiene de MSF, durante una visita de supervisión a las instalaciones de cloración del agua, se encuentra con una mujer que acaba de sacar agua del río Luke, en la aldea de Katanga, territorio de Fizi, Kivu del Sur, República Democrática del Congo.

Mientras nuestros equipos se apresuran a responder a los brotes, el acceso a los pacientes con cólera se ve obstaculizado por importantes retos:

  • Dificultades logísticas,
  • riesgos de seguridad,
  • barreras administrativas y
  • problemas de suministro.

Por ejemplo, el cierre de los aeropuertos de Bukavu y Goma durante meses ha obstaculizado las principales rutas de transporte de suministros al este del país.

En la zona sanitaria de Fizi, en Kivu del Sur, la presencia de organizaciones humanitarias asociadas sigue siendo limitada. Prácticamente ninguna participa específicamente en la respuesta a la epidemia de cólera.

«La inseguridad persistente, marcada por los enfrentamientos entre grupos armados a lo largo de las principales carreteras, dificulta los desplazamientos y retrasa la prestación de asistencia, lo que obliga a los equipos a dar largos rodeos para evitar las zonas de riesgo»

Ton Berg, director de programas de MSF en Kivu del Sur.

El acceso a la atención médica también supone un gran desafío para las comunidades. Las largas distancias, la falta de transporte y los problemas de seguridad dificultan el acceso a los centros médicos.

Una vez allí, estos centros suelen estar mal equipados y son incapaces de satisfacer las necesidades básicas de la población, lo que deja a las comunidades más vulnerables sin la atención esencial.

El cólera debe situarse en lo más alto de la agenda nacional como una amenaza importante para la salud pública en la República Democrática del Congo.

Pedimos una acción coordinada para garantizar la rápida prestación de atención médica. Incluida la disponibilidad de vacunas, el acceso sin obstáculos y la inversión sostenible en el acceso al agua potable y al saneamiento.

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