Tras la destrucción parcial de sus estructuras sanitarias, MSF reorganiza su trabajo en tiendas en plena calle y envía al país equipos de refuerzo.
Médicos Sin Fronteras (MSF) ha atendido en las últimas horas a cerca de mil personas heridas en el terremoto de Puerto Príncipe. El sismo registrado ayer en la periferia de la capital haitiana, de magnitud 7.0 en la escala de Richter, destruyó parcialmente los hospitales y clínicas en que trabajaba MSF, por lo que los equipos han tenido que instalarse en tiendas de campaña para poder prestar asistencia médica.
El centro de salud de Martissant, situado en el barrio del mismo nombre, tuvo que ser evacuado después de que el terremoto le causara graves daños estructurales. Los pacientes están siendo atendidos ahora en el exterior, y a ellos se han sumado los numerosos heridos que han ido llegando desde el centro de la capital en las últimas horas.
Hasta ahora, en Martissant, han sido atendidas entre 300 y 350 personas, que presentaban en su mayoría heridas traumáticas y fracturas. Cerca de medio centenar sufría quemaduras, algunas de ellas de gravedad, causadas casi todas por explosiones de gas registradas en edificios derruidos.
En el centro de rehabilitación de Pacot (otra de las estructuras en las MSF que trabaja regularmente), han sido atendidas hasta ahora entre 300 y 400 personas, y otras 200 más en una de las oficinas administrativas de MSF, en Petionville, donde los equipos se han instalado en tiendas en la calle. Muchos más están recibiendo atención en la maternidad Solidarité, una de las estructuras que más daños ha sufrido y que tuvo que ser evacuada tras el sismo.
Con tantas estructuras sanitarias destruidas o cerca del colapso, la atención médica falta precisamente cuando más necesaria es. La situación es caótica, apunta Stefano Zannini, uno de los trabajadores de MSF que pasó las horas siguientes al terremoto realizando evaluaciones de las infraestructuras de salud en la ciudad. Sólo su equipo visitó cinco centros médicos, incluyendo un gran hospital, comprobando que casi ninguno funcionaba.
Muchos estaban dañados, y además pudimos ver allí una cifra estremecedora de muertos señaló–. Algunas áreas de la ciudad están sin luz y la gente se ha concentrado en las calles, alrededor de hogueras, buscando consuelo unos en otros. Al llegar nosotros, nos pidieron ayuda, en especial para los heridos. Hemos visto mucha solidaridad en las calles.
Hans van Dillen, otro de los coordinadores de MSF, apuntó que Puerto Príncipe es, en estos momentos, incapaz de hacer frente a un desastre de esta magnitud. Cientos de miles de personas han perdido sus casas y están durmiendo en la calle. Hemos visto fracturas abiertas, graves heridas craneales, y lo peor de todo es que en este momento no podemos proporcionar a la gente los servicios quirúrgicos adecuados.
MSF, que cuenta con más de 800 trabajadores haitianos e internacionales en sus proyectos regulares en el país, está preparando el envío de equipos de refuerzo. Cerca de 70 trabajadores más llegarán en las próximas horas, entre ellos varios nefrólogos para atender a los pacientes con síndrome de aplastamiento. Además, MSF está enviando un hospital de campaña con capacidad para 100 pacientes, con dos quirófanos y siete tiendas de hospitalización. Unas 80 toneladas de material estarán dispuestas para ser enviadas en las próximas horas.
No obstante, la llegada de equipos y materiales podría producirse no directamente a Haití sino vía la vecina República Dominicana, y por tanto retrasarse, ya que los sistemas de transporte han resultado muy dañados. Debido también a los problemas en las comunicaciones, no todo el personal de MSF ha podido ser localizado.