En Kenema, Sierra Leona, la terapia de juego se utiliza en el hospital materno-infantil de Médicos Sin Fronteras (MSF) para favorecer el bienestar mental de los niños y niñas, tratar los retrasos en el desarrollo y satisfacer sus necesidades emocionales.
Aunque en algunas comunidades se infravalora, el juego es importante. El juego ayuda a los niños y niñas a recuperar la confianza y la fuerza física, al tiempo que refuerza el vínculo entre ellos y sus cuidadores. Esto ayuda a fomentar una resiliencia mental que dura toda la vida.
Recuperar la confianza paso a paso

«Mi familia solía impedirme jugar con mi hijo», dice Adama Williams. «Consideran que jugar es una tontería».
Adama y su hijo de un año, Morrison Williams, llegaron al hospital materno-infantil de MSF en Kenema en agosto, después de que Morrison sufriera una fiebre alta. Más tarde le diagnosticaron malaria, lo que lo debilitó demasiado para caminar.
Adama explicó que la terapia de juego dentro del hospital desempeñó un papel clave en la recuperación de su hijo, ya que fue gracias a estas actividades que empezó a usar un andador y recuperó gradualmente su capacidad para caminar.
«Después de participar tres veces en la sesión de juego en grupo, empezó a caminar de nuevo», dijo Adama.
En algunas comunidades de Sierra Leona, especialmente en las zonas rurales donde las familias se dedican a la agricultura, el juego suele estar infravalorado y se desalienta.
Al dar prioridad a la alimentación y al sustento diario, muchos consideran que el juego es una actividad no esencial que no contribuye a la familia ni a la comunidad.
El centro “Nepo”: donde el juego también cura

En el hospital materno-infantil de MSF en Kenema, nuestros equipos proporcionan atención esencial a mujeres embarazadas, madres lactantes y niños y niñas menores de cinco años. Nuestros equipos utilizan la terapia de juego como parte de nuestro enfoque integral de atención sanitaria.
A través de la Unidad de Salud Mental y Apoyo Psicosocial, conocida como el centro «Nepo» («Nepo» significa comodidad en el idioma local mende), la terapia de juego favorece la expresión emocional de los niños, desarrolla sus habilidades sociales y aborda los retrasos en el desarrollo.
«El juego puede beneficiar realmente al desarrollo y al bienestar mental de los niños y niñas. Fomenta la confianza y la resiliencia, promueve la confianza de los niños y niñas hacia los cuidadores y sienta una base fundamental para su salud mental»
Kemoh Kargbo, consejero de juego en el hospital de MSF en Kenema.
Un espacio para fortalecer vínculos

El juego también profundiza el vínculo entre los niños y niñas y los cuidadores al permitir interacciones positivas.
A través de actividades como juegos en grupo o juegos con pelotas, los niños y niñas expresan libremente sus emociones y desarrollan habilidades sociales. Mientras que los cuidadores aprenden a responder a sus necesidades.
El vínculo con un cuidador crea un apego seguro, lo que proporciona a los niños y niñas una base de seguridad y apoyo emocional. Esto fomenta la confianza, lo que les permite explorar su entorno, manejar el estrés y lidiar con la frustración de manera efectiva.
«En el hospital, la terapia de juego comienza con exámenes en las salas y exámenes físicos realizados por el equipo de MSF. Evaluamos a los niños y niñaspara detectar retrasos en el desarrollo, como gatear, caminar o el desarrollo cognitivo y el vínculo con los cuidadores, en función de su edad. A continuación, adaptamos las sesiones de juego para satisfacer sus necesidades específicas».
Kemoh Kargbo, consejero de juego en el hospital de MSF en Kenema.
Jugar para crecer, aprender y seguir adelante

Cuando Isata Sheriff llevó a su hija, Maella Conteh, de dos años, al hospital, estaba gravemente enferma y antes no le interesaba jugar ni interactuar. Después de participar en las sesiones de juego, Maella comenzó a jugar con pelotas y un coche de juguete.
«Antes no le interesaba nada, pero ahora es feliz, y eso me hace feliz a mí también», dice Isata.
Cinco veces a la semana, el equipo de salud mental lleva a cabo sesiones de juego en grupo dentro del hospital. Esta terapia de juego se centra en la evaluación de las necesidades psicosociales y el desarrollo de habilidades.
Estas sesiones crean un entorno propicio para educar a los cuidadores y a los padres sobre el valor del juego. Además, les enseña cómo interactuar con sus hijos y a crear juguetes sencillos para seguir jugando en casa.
«A los niños y niñas de aquí les encantan los sonajeros. La mayoría de los padres o cuidadores no pueden permitirse comprar juguetes, así que les enseñamos a crear sonajeros con arroz y botellas de plástico vacías, lo que les permite seguir jugando en casa».
Kemoh Kargbo, consejero de juego en el hospital de MSF en Kenema.
Desde 2022 hasta julio de 2025, nuestros equipos han facilitado 1.937 sesiones de juego en grupo, en las que han participado 23.665 personas y se ha examinado a 4.985 pacientes en el Centro de Alimentación Terapéutica Intensiva (ITFC). Estas iniciativas ofrecen oportunidades vitales para apoyar el bienestar mental de niños en circunstancias como las de Morrison y Maella.