Médicos Sin Fronteras (MSF) alertamos de que 24.000 hombres, mujeres y niños que buscan protección en Europa están atrapados en las islas griegas en terribles condiciones, mientras que las autoridades griegas y europeas los desatienden deliberadamente.
Esta crisis dañina, que afecta el bienestar de miles de personas vulnerables, es el resultado de un sistema de recepción defectuoso, de la falta de mecanismos de protección y de unos servicios insuficientes.
Esto demuestra el fracaso del enfoque de contención y disuasión de la Unión Europea (UE) para gestionar la migración.
Llevamos cuatro años trabajando en las islas griegas y, todavía hoy, la respuesta humanitaria y médica se deja en manos sobre todo de organizaciones de voluntarios que están reemplazando las responsabilidades del Estado.
Hoy, una vez más, la falta de respuesta a las necesidades nos ha obligado a ampliar nuestras operaciones: realizamos cientos de consultas médicas diarias en las islas de Lesbos, Samos y Quíos en coordinación con otras ONG y asociaciones de voluntarios. Además, estamos incrementando las instalaciones de saneamiento y distribuyendo bienes de primera necesidad de forma regular.
“Esta no es una nueva emergencia: el grave hacinamiento en los hotspots (centros de registro) es una crisis impulsada por políticas que perjudican a miles de hombres, mujeres y niños todos los días desde hace años. Lo hemos visto en el pasado y lo seguimos viendo hoy», denuncia Tommaso Santo, nuestro coordinador general en Grecia.
“Más de tres años después de encerrar a los solicitantes de asilo en condiciones desesperadas en las islas griegas, ¿deberíamos concluir que las autoridades griegas y europeas esperan confiar en este vergonzoso fracaso del sistema de recepción como una forma de disuadir a los nuevos migrantes que llegan a la UE? El reciente aumento de las llegadas muestra que esta solución temporal no es sostenible y sigue castigando a las personas”, subraya.
Cada vez más niños con problemas de salud mental
A medida que las llegadas al mar alcanzaban cifras no vistas desde 2016, nuestros equipos de salud mental pediátrica que trabajan en Lesbos veían cómo en julio se duplicaban las derivaciones de niños en comparación con los meses anteriores. En julio y agosto, 73 niños fueron remitidos a nuestros equipos: tres habían intentado suicidarse y 17 se autolesionaron. De los 73 niños, 10 eran menores de seis años, y el más pequeño tenía solo dos años.
«Cada vez son más y más los niños que dejan de jugar, tienen pesadillas, temen salir de sus tiendas y comienzan a retirarse de la vida cotidiana», explica Katrin Brubakk, nuestra responsable de las actividades de salud mental en Lesbos.
“Algunos dejan de hablar por completo. La situación de los niños se deteriora día a día a causa del aumento del hacinamiento, la violencia y la falta de seguridad en el campo. Para evitar daños permanentes, estos niños deben ser evacuados del campo de Moria de inmediato», alerta la psicóloga.
En nuestra clínica pediátrica hay casi 100 menores con afecciones médicas complejas o crónicas, incluidos niños pequeños con complicaciones cardíacas graves, diabetes y epilepsia, así como lesiones causadas por la guerra. Todos esperan ser trasladados al continente para acceder al tratamiento especializado que necesitan.
En el campo de Vathi en Samos, la situación es insostenible: 5.000 personas abarrotadas en un espacio diseñado para 650. La mayoría vive en una zona fuera del asentamiento conocida como «la selva». La ausencia de medidas de protección y servicios básicos pone a estas personas en riesgo de sufrir nuevos traumas, mientras que las denuncias de acoso, agresión sexual y otras formas de violencia van en aumento.
El Gobierno griego ha trasladado recientemente a casi 1.500 personas vulnerables desde Lesbos. Sin embargo, creemos que transferir a estas personas a tiendas de campaña a la Grecia continental no es una respuesta segura ni efectiva al hacinamiento crónico y a sus efectos sobre el bienestar de refugiados, migrantes y solicitantes de asilo.
Al menos 2.500 personas que han sido reconocidas oficialmente como vulnerables permanecen en Lesbos, a pesar de tener derecho a ser trasladadas a otro lugar para recibir atención especializada. Esta cifra no incluye a otras miles que probablemente estén en situación de vulnerabilidad aunque no se les haya reconocido oficialmente.
Reclamamos al Gobierno griego, a la UE y a sus estados miembros que actúen de acuerdo con sus responsabilidades, terminen con esta crisis inaceptable y dañina, y pongan en marcha las siguientes medidas:
- Evacúen urgentemente de las islas a los menores y a las personas más vulnerables y las trasladen a un alojamiento seguro y apropiado en la Grecia continental y/o en otros estados europeos.
- Incrementen urgentemente el personal médico en los centros de recepción griegos para que las personas puedan recibir la atención médica y mental que necesitan lo antes posible.
- Identifiquen e implementen de inmediato mecanismos rápidos y sostenibles para evitar el recurrente hacinamiento en las islas que continúa causando sufrimiento y daño a miles de personas.
- Pongan fin a la política de contención actual para proteger la dignidad de las personas, evitar sufrimientos innecesarios y garantizar el respeto de sus derechos fundamentales.