Entre el 26 y el 30 de agosto el equipo de emergencias de la misión de Médicos Sin Fronteras en Colombia estuvo en la ciudad de Ipiales prestando asistencia a la población migrante venezolana que no alcanzó a pasar a Ecuador antes de la entrada en vigencia de la visa humanitaria en ese país. La decisión del gobierno ecuatoriano hizo que aproximadamente 8.000 personas que intentaban cruzar la frontera a través del Puente Internacional de Rumichaca quedaran represadas indefinidamente.
Durante los cinco días de atención en los albergues provisionales de Asopastos y Nubes Verdes, a donde fueron recibidos la mayoría de los migrantes venezolanos, los equipos de MSF entregaron 330 mantas, 66 colchonetas, 6 botellones de agua potable y kits de aseo personal y de limpieza doméstica con el objetivo de mejorar la capacidad de atención en estos espacios. Así mismo, realizaron más de 200 consultas médicas en salud primaria, 16 consultas individuales y 10 grupales en salud mental.
Así detectaron la prevalencia de infecciones respiratorias, diarrea, y enfermedades de piel tanto en niños y niñas como adultos, producto del frío y del contacto permanente con otras personas enfermas sin las condiciones adecuadas de higiene. También encontraron sintomatologías relacionadas con la depresión o ansiedad, producto de las condiciones migratorias, la incertidumbre de no saber si podrían pasar la frontera y la separación de sus familias, entre otras situaciones.
Este es el caso de Maria Elena Sánchez, quien quedó represada en la frontera junto a sus tres hijos de ocho, siete y tres años cuando intentaba cruzar con destino a Perú para encontrarse con su esposo. En Ipiales la travesía se convirtió para ella y sus hijos en un suplicio, pues ni las tres chaquetas que tenían puestas cada uno de los niños lograban protegerlos del frío intenso que caracteriza a esta ciudad.
“Ellos sufren de asma y este clima hace que esa condición se complique. Y aunque al principio estaban emocionados por la posibilidad de volver a ver a su papá tras dos años de separación, ahora solo quieren devolverse a su casa porque no soportan más esta situación”, cuenta la mujer.
Por ahora, la cantidad de personas represadas en la frontera entre Colombia y Ecuador se ha disminuido porque muchos migrantes han optado por permanecer en el país o cruzar por pasos informales ante el mantenimiento de la exigencia de la visa humanitaria para entrar a Ecuador a través de Rumichaca. Sin embargo, los equipos de Médicos Sin Fronteras siguen monitoreando de cerca la situación y están preparados para desplegarse y responder cuando sea necesario.