Nuestro objetivo general en Guinea-Bissau era reducir las muertes en menores de 15 años en las áreas del país con más mortalidad; algunas de estas zonas de hecho presentaban algunas de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo. Las principales enfermedades pediátricas son las infecciones respiratorias, la malaria, la diarrea y la meningitis. En recién nacidos, las causas principales de muerte son la asfixia y la septicemia.
Nuestros equipos gestionaron las urgencias pediátricas (con 15 camas) y las unidades de cuidados intensivos pediátricos y neonatales (con un total de 64 camas) en el único centro de nivel terciario del país, el Hospital Nacional Simão Mendes de Bissau, la capital. Se estableció un sistema de triaje en las urgencias pediátricas para garantizar una atención más rápida y eficaz.
También brindamos apoyo al personal del Ministerio de Salud con capacitación y desarrollo de habilidades de gestión, tanto para sus actividades habituales como para la respuesta a el COVID-19.
Para la atención neonatal se necesitan muchos recursos, pero MSF ha demostrado que se puede ir más allá de lo básico y que los casos más complicados y críticos pueden ser atendidos incorporando protocolos y tecnologías diferentes, que en general no se están aplicando en los países de rentas bajas.
Cuando MSF se fue en junio de 2020, se donaron no solo las instalaciones, sino también equipos biomédicos, productos farmacéuticos y un laboratorio especializado para servicios de emergencia. Queda además un equipo de profesionales locales con capacitación, experiencia y entusiasmo.