Alrededor de 800 mujeres mueren cada día por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto, la gran mayoría en países en desarrollo que no recibieron la atención necesaria.
Las principales causas de mortalidad materna, responsables de hasta casi el 75% de todas las muertes, son las hemorragias posparto, las infecciones, la alta presión sanguínea y las complicaciones derivadas de abortos no seguros.
En 2000, dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la comunidad internacional se comprometió a reducir la mortalidad materna en un 75% en 2015 en relación con 1990. Al día de hoy, esto se ha reducido globalmente en un 47%. Sin embargo, en la mayoría de los contextos donde trabajamos, muchas mujeres siguen muriendo por causas prevenibles y los problemas relacionados con la salud reproductiva son la principal causa de muerte en la edad fértil.
Tener acceso a servicios de salud reproductiva no solo previene muertes sino también discapacidades permanentes, como por ejemplo las fístulas obstétricas debidas a partos prolongados. En nuestros proyectos hemos demostrado que intervenciones con métodos sencillos y económicos, llevadas a cabo por personal de salud capacitado, pueden salvar la vida de muchas mujeres.
¿Qué es la salud reproductiva?
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud reproductiva es el estado de completo bienestar físico, mental y social, en los aspectos relativos a la sexualidad y la reproducción en todas las etapas de la vida. Implica que las personas puedan tener una vida sexual segura y satisfactoria, la capacidad de tener hijos y la libertad de decidir si quieren tenerlos, cuándo y con qué frecuencia.
Tanto el hombre como la mujer tienen derecho a estar informados y tener acceso a métodos de regulación de la fertilidad seguros, eficaces y asequibles, así como a disponer de servicios accesibles de planificación familiar y salud pública que permitan la adecuada asistencia profesional a la mujer embarazada y garanticen que el parto se produzca de forma segura.
Adaptar los servicios a las necesidades
El objetivo de los servicios de salud sexual y reproductiva es reducir la morbilidad y mortalidad materna mediante el aumento de disponibilidad de servicios de calidad y el acceso a los mismos.
Las mujeres, especialmente aquellas que viven en países en desarrollo, sufren de forma desproporcionada complicaciones durante el embarazo y el parto, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual (incluyendo VIH), violencia sexual y de género, y otros problemas relacionados con la salud reproductiva. La carga que supone un estado de salud débil es aún mayor entre ciertos grupos de mujeres, como las refugiadas, las migrantes y las trabajadoras sexuales. De esta manera, las estrategias para ofrecer servicios a estas poblaciones deben estar adaptadas a sus necesidades.
La aceptación y el acceso a los servicios mejoran si son gratuitos, sensibles a la cultura local y se ofrecen junto a mensajes de promoción de la salud, involucrando a la comunidad en la toma de decisiones. Asimismo, es importante enfatizar la responsabilidad compartida con los hombres y promocionar su participación en la salud sexual y reproductiva, así como introducir servicios adaptados a las adolescentes ya que tienen necesidades médicas específicas en este ámbito.
Cuando hablamos de salud sexual y reproductiva, “acceso” es una palabra clave. Las mujeres deben tener acceso a una buena asistencia durante el parto y sus posibles complicaciones para poder reducir la mortalidad materna, sobre todo en contextos como conflictos armados o desastres naturales. Este acceso se puede mejorar con innovaciones en los sistemas de referencia y, en lugares poco accesibles, estableciendo espacios donde las mujeres pueden instalarse a la espera de dar a luz.
Por otra parte, las víctimas de violencia sexual deben recibir asistencia médica rápidamente para atajar las posibles consecuencias de la agresión. También debe mejorar el acceso a la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo, a servicios de planificación familiar y a cuidados posparto y posaborto.
Atención integral a la mujer
En nuestros programas de salud sexual y reproductiva incluimos varios componentes:
- Asistencia obstétrica y neonatal de urgencia (partos, cesáreas, transfusión sanguínea, etc.) que incluye: atención a las principales complicaciones obstétricas relacionadas con la mortalidad materna, asistencia a las complicaciones derivadas de un aborto no seguro y acceso a un aborto seguro.
- Servicios preventivos de atención prenatal, posnatal y planificación familiar.
- Asistencia a víctimas de violencia sexual. En estos casos, administramos contraceptivos de urgencia, profilaxis antirretroviral para reducir el riesgo de transmisión del VIH/sida y antibióticos para prevenir otras infecciones de transmisión sexual. También les ofrecemos apoyo psicosocial.
- Prevención de la transmisión madre-hijo de la infección por VIH.
- Prevención y tratamiento de la fístula obstétrica.
- Atención a las consecuencias de la mutilación genital femenina.
- Detección y tratamiento de enfermedades de transmisión sexual.
Médicos Sin Fronteras y la salud reproductiva
Debido al gran impacto de los cuidados obstétricos en la supervivencia de las mujeres y los neonatos, nuestros equipos priorizan los servicios y actividades relacionados con el cuidado obstétrico de urgencia, que ataja las principales causas de mortalidad.
Muchos de nuestros proyectos regulares proporcionan servicios más amplios. Recomendamos a las mujeres la realización de varias visitas pre y posnatales, donde se les ofrecemos, cuando es necesario, tratamientos para la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo, anticonceptivos y servicios de aborto seguro (en algunos proyectos).
Una correcta atención pre y posnatal también puede prevenir la fístula obstétrica, una lesión derivada generalmente de partos prolongados y obstruidos que causa en la mujer incontinencia e infecciones, y que puede llevar al rechazo familiar y social. Nuestra organización cuenta con programas especializados de cirugía reparadora de la fístula en áreas remotas.
Desde 2012, también proporcionamos pruebas y tratamiento del cáncer cervical, cuya principal causa es el virus del papiloma humano que afecta particularmente a mujeres con VIH.
Durante 2021, nuestros equipos en diferentes proyectos asistieron 313.300 nacimientos (incluyendo cesáreas), mientras que 18.300 mujeres y niñas fueron atendidas ante complicaciones por abortos no seguros. También brindamos acompañamiento y atención a 34.800 personas que sufrieron violencia sexual.