Las mujeres en Afganistán se enfrentan diariamente a enormes obstáculos para alcanzar un asistencia médica prenatal y neonatal de calidad. En un país atravesado por un conflicto bélico inacabable, acceder a la atención obstétrica se vuelve un enorme desafío.
En 2022, a través de la ayuda de profesionales de nuestra organización como Antonella Sinacore, hemos podido ampliar nuestra maternidad en la región de Khost, que en la actualidad brinda atención segura y gratuita a cientos de mujeres y a sus bebés.
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¿Qué sucede con las mujeres en Afganistán?
La crisis humanitaria en Afganistán se ha caracterizado por décadas de conflicto, desastres naturales recurrentes, desplazamiento interno generalizado, pobreza extrema y un sistema de salud frágil. El conflicto armado se ha cobrado miles de vidas civiles cada año y ha paralizado la infraestructura pública.
Día tras día, la población afgana, principalmente las mujeres, se enfrenta a enormes desafíos para acceder a la atención médica básica y de emergencia debido, entre otros factores, a la falta de opciones de transporte y la fragilidad del sistema de salud.
El abandono generalizado a la atención humanitaria y desabastecimiento de suministros para un país que tiene 40 millones de personas y que lleva medio siglo en guerra, resulta alarmante.
Frente a ese escenario, las mujeres afrontan diferentes barreras para obtener asistencia sanitaria: hay escasez de personal médico cualificado para atender a las mujeres en materia de salud sexual y reproductiva y acompañarlas en los cuidados prenatales y posnatales.
En Afganistán, para que una mujer pueda acceder a un tratamiento médico debe dejar a su familia bajo el cuidado de alguien más. Asimismo, para viajar distancias largas deben estar acompañadas por un miembro de la familia, preferiblemente masculino. Además, muchas familias no aceptan que las mujeres sean tratadas por hombres. Estas condiciones reducen drásticamente el acceso de la mujer afgana a la salud e incluso provoca el aumento de la mortalidad materna e infantil.
¿Qué hace Médicos Sin Fronteras por las mujeres afganas?
Desde 2012, en la ciudad de Khost dirigimos un hospital de maternidad que ofrece atención prenatal y posnatal las 24 horas del día, asistiendo centenares de partos al año.
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Asimismo, ofrecemos consultas de planificación familiar y las actividades de promoción de la salud en los cinco centros de salud comunitarios a los que damos apoyo en los distritos.
Sumado a ello, en nuestra maternidad en Khost, casi todo el equipo médico es femenino. Este hospital de mujeres y para mujeres se ha convertido en uno de los mayores empleadores de mujeres en la provincia. De acuerdo a las cifras de 2022, de los 450 trabajadores y trabajadoras con los que cuenta la maternidad, más de la mitad son mujeres con trabajos que van desde médicas y parteras hasta limpiadoras y niñeras.
El desafío de construir maternidades seguras
Antonella Sinacore es una arquitecta uruguaya que trabaja en nuestra organización desde el 2022. Estudió arquitectura en la Universidad de la República y trabajó como Construction Manager en la ciudad de Khost, hasta principios de 2023.
Antonella se encontraba a cargo de realizar el seguimiento y la dirección de obra de la ampliación de la maternidad que gestionamos en la región.
Lo que más la motivaba a formar parte de este proyecto era poder contribuir, junto a su equipo, en la construcción de una nueva infraestructura para que las mujeres afganas puedan dar a luz en un lugar seguro.
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Asimismo, Antonella realizó la supervisión de tres pequeñas clínicas de maternidad ubicadas en zonas remotas del este de Afganistán donde prestamos asistencia médica primaria. En las zonas rurales y alejadas de las grandes ciudades, la mayoría de las mujeres no tienen un acceso adecuado a la atención obstétrica esencial, lo que se ve agravado por la escasez de parteras y médicas.
Cuando una mujer se enferma o ingresa en trabajo de parto, debe poder acceder a una atención sanitaria básica en un espacio resguardado. Si no hay acceso a servicios prenatales y postnatales de calidad, la vida de la madre y su bebé estará en riesgo.
A través de su trabajo en nuestra maternidad de Khost, Antonella puedo conocer en profundidad la realidad de las mujeres de la región y atestiguar la importancia de prestar ayuda médica en lugares donde la misma resulta insuficiente.
“La maternidad es un lugar donde las mujeres disfrutan estar y se sienten a gusto. Es un espacio seguro no solo para las mujeres que van a dar a luz, sino también para todo el personal femenino que trabaja allí, incluyendo a las parteras y médicas. Es un lugar donde las familias saben que sus esposas, madres e hijas están bien atendidas.”
Brindar atención materna y neonatal segura y gratuita a las mujeres y a sus bebés es uno de nuestros principales propósitos en la región. Todas las personas tienen derecho a ser asistidas en su hora de mayor necesidad.